Balbuceos:

viernes, 12 de febrero de 2010

Independencia y autogestión musical. El otro yo

La piratería es un tema siempre debatible y muy de moda. Conforme van pasando los años y el acceso a Internet es más común, las descargas electrónicas se han convertido en un opción para los amantes de la música, principalmente por los altos costos que impone el mercado.

Muchas bandas, lejos de ver esto con recelo, saben que por un lado es conveniente, puesto que la libre distribución de su música alcanza oídos a los que de otro modo no llegaría y esto puede repercutir en más entradas para sus conciertos, donde los ingresos realmente les generan beneficios (no así en la compra de los discos, donde sólo un pequeño porcentaje les queda a los artistas).

Sin embargo el fetiche del disco sigue teniendo lo suyo (no tanto como los acetatos claro, pero aún así conserva algo). Muchos seguimos privilegiando a nuestras bandas predilectas comprando sus discos en físico, aunque sabemos que más que nutrirlos a ellos, nutrimos a una industria.

Pero hay casos especiales, donde el importe pagado adquiere otro sentido y valor. Es el caso de los sellos independientes o la música autogestionada, esa que no es tomada en cuenta por las grandes disqueras, o que simplemente han optado por un camino distinto al del “establishment”.

El culto al disco físico bien vale la pena en la música independiente, no sólo porque apuestas directamente por una banda, sino porque lo haces también hacia un movimiento.
A finales de lo 80`s en Temperley (Buenos Aires, Argentina), inicia su carrera una de las bandas de rock alternativo más influyentes dentro del Indie latinoamericano: El Otro Yo.

Sumando su nombre al de Bandas como la Renga y los Redonditos de la Ricota, el Otro Yo apuesta por seguir un camino distinto en la industria musical. 20 años y un montón de discos después, la banda ha consolidado un sello independiente (Besótico records) desde el que apoyan otros proyectos, realizaron la gira más extensa del rock nacional en su país y han demostrado el gran alcance que se puede tener desde la independencia.
Bien vale la pena tomarlos de ejemplo, bien vale la pena comprar un disco de ellos. No sólo porque son una extraordinaria banda, sino porque representan una alternativa, y un exitoso paradigma de la autogestión en la música.



1 comentario:

Miguel Aram dijo...

De acuerdísimo contigo mi buen Chops! Vale la pena un disco en físico cuando el arte del mismo es sobretodo exquisita.

Saludos pues